Infantil inocencia
Horas antes de la medianoche ya perdimos practicamente todas las esperanzas... o los regalos estaban muy bien escondidos o simplemente el maldito gordo barbón vestido de rojo, consideró que los hermanitos Rivera no se habían portado lo suficientemente bien durante el año.
Cuando la desesperación infantil nos tenía al borde del desequilibrio mental, encontramos en el fooooondo de nuestro patio unas sospechosas cajas. Con una discreción que ni nosotros la creíamos, entramos a la casa preguntando que hacían esos cubos de cartón forrados en papel navideño en el patio. Nuestros sueños se derrumbaron cuando dolorosamente escuchamos de la boca de nuestros progenitores: "es el computador que nos pidieron que le guardemos a Felipe, el de la casa del frente". Odié y envidié con todas mis fuerzas a ese desgraciado suertudo que tendría lo que yo quería!
Me sentí pésimo, aunque talvez mi hermana ni recuerde esto, pero a mí, el mundo se me cayó encima... siempre quise un regalo en una caja grande! Nuevamente no lo tendría.
Las doce. A los pies el árbol, varios paquetitos, uno de ellos con mi nombre. No quería eso, porque era muy chico, pero de todas forma lo acepté. No sé en qué momento mi viejo desapareció del living, pero de un momento a otro ví caminar hacia nosotros unos pies, y sobre ellos una caja grande, la misma que estuvo esa tarde en mi patio.
Perfectamente engañados!!! Ese era nuestro regalo!!! Lo vimos, lo deseamos sin saber qué era, nos desilusionamos, pero finalmente lo abrimos. Un computador!!! Eso sí que fue una sorpresa, ya que en ese tiempo no cualquiera tenía pc, por los costoso que era, pero para los hermanitos Rivera había uno.
Un recuerdo inolvidable. Pero ahora no puedo evitar preguntarme ¿En qué momento de la vida se pierde esa tierna inocencia que nos hacía creer y vivir emociones tan dulces y sencillas?